Another Town, Another Train
Bueno, tras un parón que me ha descolcado y ha trastocado todos mis planes... voy a repasar el verano y a programar el resto de mi vida.
Por lo menos de aqui a septiembre.
PRE-LAURENTIS
O TODO LO QUE ACAECIÓ ANTES DE IVES SAINT LAURENT
Todo comenzó cuando Petalo fue a pasar unos días a Londres y volvió muerta en la bañera con el kiwi fuera.
Estando yo como estaba en mi estado paradil y con la minga medio tonta, pues me pareció alucinante todo lo que contaba, lo poco que me ataba a Huesconsin y un largo etcétera incluido en una grata conversa en la Gárgola me llevó a pensar en irme.
Echo de menos la gran ciudad.
Desde que viví en BCN no he vuelto a sentir la vida de la gran ciudad, las ganas de coger el metro o el bus para todo, las tiendas, la gente, las tardes andando por las Ramblas, el conocer gente nueva...
Así que la idea de irme a Londres empezó a madurar en mi cabeza.
Se la comenté a Cole y dado su estado parado e incativo, decidimos probar e irnos juntos.
Comenzó el verano y Cole se fue a trabajar a la montaña y he estado cerca 2 meses completos sin verlo (casi). La relación se fue enfriando poco a poco, entre todo mi tiempo lobre y su escaso tiempo libre para mi nos fue separando.
Pero la idea de cambiar a la gay way of English life seguía en mi.
Empezé a mover hilos y contactos para recopilar información, datos y un lugar para dormir un par de noches.
Todo iba viento en popa.
POST-LAURENTIS
O LA ÉPOCA SIN POST, PORQUE NO HABÍA INTERNET
Después de las fiestas empezé a mirar ya billetes, aunque sin saber seguro la fecha, ni el lugar donde ibamos a buscar piso ni nada.
Tras una dura amenaza de que la relación se estaba acabando por mi parte, Cole bajó a verme, aprovechando la soledad de mi casa.
Fecha decidida:
entre el 15 y el 20 de septiembre nos vamos para LOndres.
Para vivir, preferiblemente en la zona norte.
Cagadito me encuentro a ratos, solo de pensar todo lo que me se viene encima. Porque hasta la semana que viene Cole no acaba de currar y tengo que finiquitar lo de los billetes, seguir mirando piso, hacerme la maleta, arreglar los papeles del paro (para llevarme la prestación para allá), liberalizar el móvil, calmar a mi madre...
Y los más importante: buscar cyber cafés para actualizar as usual as possible